La Floresta
44 C. de Cazadores Viver
PARQUE MUNICIPAL LA FLORESTA
La Floresta es un parque natural y urbano de 40.000 metros cuadrados de extensión, situado en el singular cauce del barranco Hurón a su paso por la población. La acción de las aguas y las características geológicas del terreno, donde predomina la piedra arenisca (tosca) han configurado este insólito y sobrecogedor paraje, casi mágico. Se trata de un enorme hueco excavado en el terreno, de altísimas paredes rocosas, cubierto de una variada y frondosa vegetación, y surcado por hermosos saltos y cascadas de agua.
Históricamente, La Floresta fue un lugar salvaje, casi inaccesible; a modo de enorme foso, constituía un elemento defensivo primordial de la población, donde se construyeron las casas colgadas al feraz desfiladero del Hurón, hecho que le confiere hoy a Viver un pintoresco perfil urbano y paisajístico.
Pero esto no fue siempre así, parece ser que este lugar esconde los restos de una singular instalación de la época romana, un vivero de peces de agua dulce. Tanta ha sido la influencia de este hecho en el lugar que el mismo topónimo del municipio deriva de esta singular actividad, quedando constancia de ello en el escudo histórico de la Villa con la representación de unos peces sobre unas líneas de agua.
Durante los últimos años el municipio de Viver se ha volcado en la adecuación de este espacio para el uso y disfrute público del mismo, hoy constituye un importante recurso natural, de ocio y educativo al alcance de todos los ciudadanos.
En el parque encontrarás numerosas cuevas y galerías, un gran conjunto de toscas donde encontrar oquedades, agujeros, pequeños refugios, covachos y formaciones típicas de este tipo de rocas, incluso algún que otro refugio que fue utilizado durante la Guerra Civil española.
Destaca un túnel de unos 28 metros de largo realizado con paredes de mampostería y una bóveda con losas verticales que la cierran, el cual discurre paralelo al mismo cauce del barranco Hurón y finalizando justo donde se halla un pequeño salto del agua, antes de dos balsas. Su final interior está actualmente cerrado, aunque hay un goteo de agua, y las raíces de los árboles lo cruzan verticalmente, limitando el acceso al final. Al parecer, este túnel, según cuentan, forma parte de un antiguo conjunto de túneles subterráneos que comunicaban el pueblo -otros cuentan que tan solo fue utilizado para el riego- y que fueron utilizados para refugio de la población, como Fernando de Aragón, Duque de Calabria y Virrey de Valencia, el cual tomó posesión de la población en el siglo XVI y utilizó las galerías para protegerse de los enemigos y escapar por la Floresta.
Las casas colgantes, como se indica en uno de los paneles del parque, fueron casas que se construyeron cuando el parque era simplemente barranco, configurando hoy una estampa atípica a quien visita el rincón protagonista de nuestro artículo. Se sabe que, al menos dos de esas casas colgantes, fueron en época carlista torres avanzadas, cuyas casas hoy en día corresponden a los números 45 y 47 y los 25 y 27 de calla del Castillo.
Además de ofrecer el silencio, el sonido de los pájaros y el agua y su vegetación , el disfrute de la Naturaleza, también ofrece espacios deportivos, un parque infantil y un quiosco.